Emprender es emocionante, pero también viene con responsabilidades fiscales que muchos fundadores pasan por alto.
Uno de los errores más comunes es no elegir correctamente la estructura legal de la empresa, lo que puede afectar gravemente la carga tributaria. Otro fallo habitual es no llevar un registro contable adecuado desde el primer día, lo que complica la preparación de impuestos y la relación con inversionistas. Además, muchas startups desconocen que pueden calificar para créditos fiscales por investigación y desarrollo (I+D), lo que les impide ahorrar miles de dólares. También es común subestimar las obligaciones fiscales en otros estados si tienen clientes o empleados fuera de su sede. Por último, retrasar la planificación fiscal puede traer consecuencias costosas. En Altum Partners ayudamos a las startups a evitar estos errores desde el principio, con un enfoque estratégico y personalizado.